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sábado, 6 de junio de 2009

•Like a brother•


¿Puedes pelear con una estrella fugaz o solo puedes contemplarla en silencio?
Talvez no todos logran ver la luz que expone al pasar velozmente,
pero aún no conosco quién diga que al verla no deja una cálida sensación en el pecho...
Inexplicable, lo sé, primera impresión, negativa, talvez...
la ceguera del ser humano por esencia, cerrado ante lo nuevo y desconocido...
Aquella estrella logró permanecer en el horizonte de mi accidentado camino de aquellos días, convirtiendose en un hombre de peculiar comportamiento, pero que a vivas luces y a la vez introvertidamente demostraba que detrás de esa simpática careta, existía alguien que podía ser mucho más suave de lo conocido, engañando el ojo impetuoso que veía con extrañeza aquella careta que forjó su destino temporal de aquel año.
Recuerdo aún, nuestra primera charla, intenté parecerle simpática, ¡que iba a ser de mí si en ese entonces si el se llevara una mala opinión de mi persona! medité rápidamente... después la gracia fué natural, habíamos simpatizado...
Pasaron los días, el abrió las puertas de su casa frente a mi cara, que tenía grabado el sentimiento del más puro miedo que he sentido en toda mi vida... ¿Nerviosismo? lejos, eso fué...
Entré y una sensación de respaldo me abrazó por la espalda y me inundó de paz, después camine fuerte y derecho, corrí un ventanal y llegué a un punto privilegiado donde ví a muchas personas pasar, sin saber ellas que para matar el tiempo observé cada detalle... ¿Irán peleando? ¿Serán novios?... que me importaba ¿No?...
Siguieron pasando los días, las juntas eran más frecuentes y el abrazo cada vez fué más largo y fraternal, algo extraño estaba pasando... ¿Será el mi amigo, hermano y confidente?... y de un día para otro, pusieron en letargo mi corazón, el alma pesaba, las lágrimas renunciaban a estar ocultas, solo pensé que debía decir adiós, y cuando pensé que caía sin remedio alguno ví su mano asomandose, tomandome con fuerza, para no dejarme caer...
¿Le doy lástima, cierto? fué lo primero que pensé... nadie puede ofrecer su corazón sin nada a cambio si no es por lástima o algún sinónimo de esta, después me di cuenta... era cariño, sincero leal y puro cariño...
Tomé sus manos, el desenvainó su espada, forjada con fuerza de flaqueza de su vivir, y logró decapitar todas las amarguras que me rodeaban... me protegió de todos aquellos fantasmas que perturbaban las últimas gotas de inocencia que quedaba en mí, me mostró el luevo sol, la madre luna, me gritó que debía seguir, me entendió y abrazó...
lloré en sus brazos, grité, lamenté, más de un golpe de impotencia el recibió bajo el silencio del entendimiento... y así, siguieron pasando los días...
No hay frase en este mundo que describa cuanto pasamos en nuestra solitaria compañía, custiodados bajo el resplandor de la luna y el azar de las calles bohemias de la capital...
Y así pasó el tiempo, así conocí a aquel extraño que ignoré por cosas de la vida... y así paso el tiempo, y en gran parte gracias a el, hoy escribo estas palabras...
Cuando llegó el hombre correcto, mi protector y mi amor, el me dejó partir, sabiendo que yo merecía todo esto, el solo me sonrió, me abrazó una vez más y me dijo "suerte, hermana mía"
Hoy queda decir gracias, gracias por ser parte de mi vida, gracias por ser un año mi "principe", pero no ese principe con el cual debes casarte y vivir con el por siempre, sino el principe que con su perfecto heroísmo hizo de mi una mujer acogida y protegida...
Hoy lo veo a lo lejos, se que le irá bien, yo creo en el, creo en el digan lo que digan y sé que cuando los años me pesen, podré contarle a más de un niño pequeño, quién fué y es para mi "Ignacio Nicolás" nicholaslesanglant, el arenero...

viernes, 5 de junio de 2009

•Marionette Grelot•



Triste marioneta atrapada en los hilos de su temor
permaneció años en silencio amarrada a lo desconocido,
fué cegada para volver negra su imaginación,
una fuerza superior manejaba sus días, sus emociones, sus latidos...
solo el viento pasajero de un atardecer lograba darle la aparente anhelada alegría.
Los hilos herían su piel clara, llevandola al ocaso de su fatigada esperanza,
junto al ardor de una solitaria vela se le veía llorar,
hasta que un día se escuchó suavemente un extraño sonido a lo lejos,
era su corazón, el cual volvía a la vida,
sus miedos parecieron huír de su compañía y así, poco a poco, la marioneta comenzó
a romper su castigo eterno...

Aprendió primero a respirar, el oxígeno le dió vida hasta al último rincón de su ser,
abrió sus ojos y la luz del sol quemó sus débiles pupilas,
sus cabellos bailaban al compás del renacimiento de su alma,
"Vamos pequeña, es hora de vivir, es hora de sentir, es hora de ver la realidad",
a torpes pasitos comenzó a recorrer su largo camino y junto a las estrellas, ella parecía soñar,
junto al prado descansaba, para reponer fuerzas y así seguir adelante sin mirar atrás,
posaba finos pétalos de rosas entre sus dedos mientras jugaba, dulce niña, a adivinar el próximo día... ¿Será o no? mientras una tímida risa se escabullía de sus labios.

Hoy ella es una marioneta libre, los gastados hilos ahora han desaparecido,
las riendas de su existencia están bajo su poder,
dando la oportunidad para dar a luz aquella sombra que hoy brilla con increíble fuerza, que es su corazón...
Atrás han quedado días de soledad, atrás ha de quedar todo el dolor,
hoy solo desea vivir, vivir con intensidad cada detalle,
hoy ella se revela, hoy ella se vuelve encantadora,
hoy ella es un pilar fundamental en mi vida,
un dulce sonido de cascabel junto a mi camino,
ella sonríe, ella canta, sueña, vive, crece y cree...
Una marioneta sonriente a voluntad divina en los caminos impuestos a conciencia,
hoy ella me da alegría y hoy a ella doy una parte eterna en mi ser,
hoy ella es mi hermana pequeña, la que no comparte mi sangre pero si muchos de mis sueños y penas, es ella a quién debo guiar hasta que sus piernas rocen con seguridad el dulceamargo suelo del mundo y cuando sea tiempo... cuando sea tiempo...
he de verla alejarse en el horizonte, orgullosa,
mientras la miraré de lejos, de lejos, emocionada, al ver por fin
aquella muñequita de trapo amarrada, es toda una mujer.