•Just say goodbye•

Ha llegado el día impuesto,
mis padres así lo han querido
¿Qué más puedo yo hacer?
Romper sus ambiciones sería romper mi infancia
a lo que fuí asignada...
fría porcelana dulce ante sus ojos
tan perfecta, tan frágil...

Han extrangulado mi cintura al compás del corset
perfectamente bordado, perfectamente cruel
Han cepillado mis oscuros y largos cabellos
con aquel peine de oro, peine de mentiras
Han puesto rubor en mis albinas mejillas
mantos de miedos, mantos de rotos sueños
Han dado color a mis finos labios
que tanto han callado, que tanto he mordido
Han ubicado mi calzado correctamente
el que me impedirá volver a caminar en el jardín de la esperanza.

Texto aprendido, asumido, debo sentirlo, no debo negarlo.
-¡Querida mía, te ves perfecta!- me ha dicho Mamá,
sacando cálculos mientras su ceja arqueada buscaba más allá...
Desde una esquina mi Padre, y su conciencia lejos de este lugar
-Es por el bien de la familia, debes entender-, dijo claramente sin dar más.

Eres tú, pequeña doncella, eres tú y solo tú
ve ahora, que tu destino espera
ve ahora, que todo está a como fué planeado
ve ahora, y sonríe como nunca...
seremos privilegiados por Dios, así será...

Pedí, bajo la bendición y respeto de ellos
permiso para volver, brevemente, a mi habitación
sobre mis viejas sábanas y almohadas de seda, se encontraba escondida
mi salvación, mi reloj, mi eternidad...
La bebí sin pensar dos veces, segura de que ya no hay nada más...
caminé, bajé la extensa escalera tallada
la luz ha tocado por última vez mi cuerpo
después solo será oscuridad...

Son las doce en punto, señaló la catedral
la gente me mira, la gente me admiraba...
-"Es tan hermosa, ¿Puedes verlo?, mira su perfecto rostro, ¡aguantando tanta felicidad!"
yo solo pienso hoy, en abandonar, dije entre dientes, como de costumbre, nadie escuchó mi declaración...
todo lo impuesto a esta dulce muñeca de trapo
a la cual no se le dejó vivir
bajo modales y reglamentos que hoy despojaré de mi...

Allá a lo lejos, al lado del padre y el altar
se encuentra ese hombre, de piel envejecida
esperando mi llegar...
perfectamente vestido, detalladamente sucio y obsceno mirar...
¡Apenas logra mantenerse vivo! pensé
¡No deseo tocar su piel! ¡No deseo pertener a su colección!
¡Seré inventario de sus aposentos! ¡Carne sin sentimientos para rejuvenecer su hombría!
"Mi decisión fué la correcta", susurré mientras escucho los violines chillar la sinfonía de lo sagrado...
Camino entre los pétalos blancos, y mi pulso va opacandose
voy acercandome a las alturas del lujo hecho morada divina...
el velo cubre a la perfección mi último llorar
Las rosas de mi ramo, le da un disminuido lugar
mi cuerpo comienza a templar
sin embargo nadie lo vé, nadie lo vé
la ceremonia va más allá de la perfección, digna de observar...

Llego a su lado, miro por última vez a mi santo señor
pido perdón por la cobardía, pido misericordia y un rincón en su hogar...
pido consuelo para mis padres, un próspero bienestar
pido que nadie deba pasar por esto, nunca más...
como último deseo, le ruego, poder ver a mi amor de antaño
ese pordiosero ante la vanidad del dinero
aquel ser que hizo vibrar mi cuerpo y alma...

El padre habla, sobre la santidad de la unión, sobre la condena sin fin
comienzo a sentir la fatiga de mi cuerpo por completo...
dispuesta a caer en la tierra de las mentiras
escucho un último grito...

¡Amor mío! he venido por tí
me da igual que piensen ellos, todo será distinto
tomaremos otro camino, muy lejos de aquí...

Con las últimas fuerzas de mi ser
vuelvo a ver los ojos, de los cuales profundamente me enamoré
saco mi velo, y una gota de sangre se aproxima al santo suelo
la gente grita horrorizada por la cruel cara de la muerte en mi...

Corrí a sus brazos, besé sus dedos...
sabía que era la última vez que vería aquel angel caído del cielo...
¡Has llegado tarde vida mía! con tu ausencia ella se ha ido...
¿Por qué, querida mía?
Tengo un poco de agua y de comida, lo he ganado para tí...
Hombre de mis sueños, hombre de mi niñez...
nunca creí que volverías...
esta boda debió celebrarse ayer en silencio, tú y yo, frente a la trinidad...
Recuerdo que manché su humilde traje con el veneno que salía por mi boca...
¡No me dejes amada mía, es lo único que pido!
¡Ay de mí! si no puedo verte aunque sea desde un rincón
mi vida se destrozará si te pierdo, ¡No! no te dejes caer en aquella oscuridad...

¡Amor de mis amores! este fin quema mis entrañas, pero dormir en tus brazos es mi perfecto final... nunca olvides que te amo, y que nos volveremos a encontrar... por ahora digo adiós, amado mío, de este triste cuento, hoy huyo, con tu ser en mi memoria, lo llevaré al más allá... allí, nadie, absolutamente nadie nos va a separar...

Intenté besar sus labios, por primera y última vez...
tarde ya, es hora de partir...
mis ojos se cierran, se humedecen con sus lágrimas...
este es mi final, este es mi adiós...
Una triste historia de amor... logré susurrar...
Mi cuerpo se relaja, veo al fin el termino de esta realidad...
Adiós, adiós mi amor, jamás he de querer verte llorar...
busca a quien te ame tanto como yo, ¡Oh! perfecta creación de nuestro señor
seca ya tus lágrimas, ahora eres libre de toda esta crueldad...

¡Adorada de mi ser! No partas así, no me dejes aquí, te lo imploro...

Ya nada puedo hacer, miel en mi amargura, néctar de mi sed...
Toma este trozo de falsa tela, que se hace verdadera entre tus manos
Ten aquí un recuerdo de mi ahora, guardalo cerca de tu corazón
y cuando desaparesca su olor, honra mi muerte, con el renacimiento de tu amor...
No puedo ser egoísta, debes ser feliz...

¡Ay! principe de mis sueños, siento el dolor carnal de todo mi final
no dejes mi mano, no la sueltes...
deseo llevarme el último calor de tu piel en mí...

¡No sé que será de mi, princesa de mis sueños! Cuanto dolor deseo gritar en este momento...

Ahoga ese dolor con tu felicidad, hazte feliz, hazme feliz...

Una lágrima para mi, yo doy mi última sonrísa, para tí...

He de morir como jamás lo pensé, tan feliz, tan dichosa cerca de tu pecho...
Gracias por todo esto, gracias por existir...

adiós... eterno amor mío, adiós...